He caído enamorado de la arcilla ¡Dejate sentir la potencia que tienen los minerales también!
Cuando era niño solía jugar con la arcilla durante horas, había algo mágico en ella que me permitía crear cualquier cosa. Nunca me había parado a pensar en la variación de susceptibilidad entre distintos tipos de minerales hasta hace poco. ¡Y de qué me había enamorado!
En la actualidad, la arcilla se ha convertido en uno de los materiales más solicitados a la hora de trabajar con algo algo con un toque natural. Por ello, he decidido hacer una serie de experimentos con distintos tipos de arcilla y otros materiales minerales para ver cuáles son las más aptas para diversos usos. Me he dado cuenta de que su potencia está en sus propiedades dínamicas. Estas propiedades le permiten transformar su consistencia a medida que son trabajadas y utilizadas.
Cada arcilla tiene sus propiedades únicas que la hacen tan especial. He tenido la oportunidad de experimentar con arcilla bentonítica, ácida, caolín, illita, talco y arcilla más fina. Estas tierras se hacen aún más especiales cuando añades otros materiales o creas recetas, como los óxidos, los pigmentos y el árgano. Estas mezclas permiten cambiar la apariencia de la arcilla, el tacto, la dureza y también pueden añadir textura y color.
Es sorprendente cómo algunas solo necesitan agua para ser utilizadas. Estas tierras suelen ser utilizadas para obtener diferentes esculturas, vajillas y áreas en amasado para hacer figuras y abarcar una amplia variedad de técnicas. Estamos hablando de técnicas que van desde mudéjar hasta cerámica. Incluso el estampado de técnicas de impresión como serigrafía, se pueden realizar utilizando estas arcillas.
Dependiendo de la consistencia de cada una, el trabajo en seco o húmedo complementa la idea central para lograr los resultados deseados. El trabajo en seco consiste en presionar los materiales con laís y pinzas. Estas técnicas se utilizan para observar los detalles y perfeccionar el producto antes de sumergir en agua. En el caso de los trabajos húmedos, el trabajo utilizando la boquilla de goma o algunas estructuras sencillas para conseguir figuras geométricas es una buena opción.
Una vez estén formadas estas figuras, se procede a colocarlas en prensas para dar la forma deseada. Estas prensas funcionan como matrices que se ajustan a la forma deseada y a los detalles para presionar los bordes de las figuras. El siguiente paso es la cocción. Aquí, la arcilla aguanta muy bien la temperatura sin ninguna reducción, asegurando la resistencia de la figura ya elaborada.
Mi amante de la arcilla me dio una variedad de matices y tonos que ningún otro material pudo proveer. Hay algo especial al momento de tocar la arcilla que genera una conexión profunda y la sensación de que los materiales naturales nos ofrecen algo muy especial para nuestro bienestar. Los minerales son el tipo de material que añadieron cierta magia a todas mis obras de arte.
Tengo que decir que he visto muchas personas que han caído en esta misma trampa, desinfectándose con la magia que poseen los minerales. Tenemos poder sobre el material para crear algo realmente único sin esfuerzo. Los minerales funcionan como una tabla rasa en la que podemos poner lo que queramos. Los colores, la textura, la resistencia y la flexibilidad de la arcilla nos permiten crear algo nuevo sin tener que invertir mucho esfuerzo.
Estoy muy agradecido por encontrar algo que me gusta tanto como la arcilla. Esta ha sido la mejor forma que he encontrado para expresarme y la única que me ha hecho sentirme unido a la naturaleza. Me siento inspirado por los minerales y disfruto cada momento que puedo dedicarle a esta actividad. Una vez más, les recomiendo que prueben el poder de los minerales, son capaces de curar los corazones y las almas!